Águila coronada solitaria: demasiado bella para su bien


La anécdota se le atribuye a varios autores y personajes más o menos famosos, aunque la que yo he oído y, probablemente, provenga de la fuente más fiable habla de que le sucedió al poeta francés Charles Buadelaire. El caso es que se dice que alguien decidió regalarle al poeta un ramo de flores...

... Y el vate apartó el obsequio, horrorizado. Cuando la persona que quería hacerle el regalo le dijo, compungida, que perdón, que creía que al autor de Las flores del mal le gustaban las flores, este respondió: "Claro que me gustan, pero también me gustan los niños y no por eso les corto la cabeza y la pongo en un jarrón".

El chascarrillo me ha venido del recuerdo al leer (cómo no) sobre una especie de rapaz. Se trata de una de las muchas que el ser humano está extinguiendo, en este caso en concreto, debido a la destrucción de su hábitat y, sobre todo, a la caza furtiva.

Un animal (demasiado) magnífico

Y es que la extraordinaria belleza es, a su vez, la condena del águila coronada solitaria, un ave que puede encontrarse, aunque cada vez más raramente, en Sudamérica. Se trata de un pájaro falconiforme, de la familia Accipitridae, de un tamaño considerable (la hembra oscila de los 80 a los 85 centímetros y el macho de los 75 a los 79).

Por lo que respecta a la morfología, esta rapaz posee alas largas y anchas, además de una cola proporcionalmente corta. El color de la cabeza es gris ceniza y muestra una cresta definida, grande y poblada.

Colores sobrios sobre una bellísima morfología

El dorso del animal tiende a gris, color que es más definido y moteado de pardo en el vientre. Grises también, pero en un tono pizarra, las alas, claramente más oscuras que el cuerpo y con las puntas de color negro.

La cola, en cambio, presenta el borde blanco con una franja blanquecina en el medio y una banda (la llamada subterminal) negra, como negro es el pico, con cera amarilla, color que comparte con las patas.

La diferencia entre los ejemplares jóvenes y los adultos es que en el caso de los primeros el plumaje tiende más al pardo, de dorso oscuro y garganta, cabeza y vientre casi blancos con estrías de tonos pardos.

Haciendo honor a su nombre, es un cazador solitario

En cuanto a las costumbres del águila coronada solitaria, podemos decir que come reptiles, roedores y pequeños mamíferos, aunque si se topa con algo de carroña no la va a despreciar. Como insinúa su nombre, no es un animal excesivamente sociable: vive solo o, como mucho, en pareja.

Para encontrar un nido de estos pájaros hemos de mirar hacia arriba, a los árboles, entre las ramas de gran tamaño. Por norma general, anidan sobre un nido de cotorra común, construyendo una base sólida que luego revisten con plumas y hierbas. Lo normal es que en el nido sólo se vea un huevo, blanco y moteado de ocre y gris.

Como ya he insinuado, la más grave amenaza para este animal es el ser humano que, en lugar de callarse y descubrirse ante tanta belleza, prefiere matarla y disecarla para, suponemos, darle a la muerte una apariencia de vida y negarse a compartir la belleza con el prójimo... ¡Qué raras somos a veces las personas!


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