El abejero europeo, un pájaro muy selectivo


El abejero europeo es un ave falconiforme muy peculiar. Con una longitud de entre 52 y 59 cm y una envergadura de entre 113 y 135 cm, esta ave tiene unos colores de sus plumas que pueden ser muy personales, estando registradas hasta diez variaciones en las fases de sus plumajes. Esto los convierte en aves muy personales y que parece dotadas de un cierto estilo propio. Su canto también es diferente al de otras rapaces similares, emitiendo una especie de quejido melancólico muy característico similar quizás al del busardo ratonero. En cualquier caso el sonido que emiten es bajo y no son grandes cantores.
Pero lo que los diferencia de otras rapaces por encima de todo son sin duda sus hábitos alimenticios. Cómo es fácil de deducir por su nombre, el abejero acostumbra a alimentarse de abejas, abejorros. Lo que más les gusta son las larvas de las avispas por lo que no dudan en abrir sus nidos subterráneos para devorarlas. Gracias a su plumaje denso y a las escamas que poseen, no se ven afectados por las picaduras, no siendo estos insectos rivales para su voracidad. A pesar de eso, no suelen atacar las colmenas ni los nidos más inaccesibles de las abejas, conformándose con los subterráneos de avispas y abejorros más fáciles de atacar. No hacen tampoco ascos a otros insectos e incluso a pequeños vertebrados.


Su menú marca su ritmo de vida
Durante el verano, el abejero común habita por toda Europa. En España suele criar principalmente en la zona del tercio norte instalados en los bosques caducifolios y también en grandes extensiones de coníferas. Entre mayo y junio se produce la puesta, generalmente de 2 huevos de color crema o blancos con manchas pardas. Macho y hembra colaboran para incubar los huevos durante aproximadamente un mes y, una vez que se produce la eclosión, también son ambos padres los que se encargan de buscar el alimento. Las crías abandonan el nido aproximadamente a los 48 días de su nacimiento.
La marcha de los polluelos coincide con la llegada del frío, por lo que cruzan el estrecho para volar a África, donde pueden seguir disfrutando de su comida favorita. Es precisamente en ese momento en el que la Península Ibérica se ve convertida en una zona de paso de gran parte de las aves procedentes de Europa que se dirigen al estrecho para realizar el cambio de continente. Una estupenda ocasión para observar su comportamiento en grandes grupos.


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