Refugio de rapaces de Montejo de la Vega


En enero de este año se cumplieron cuarenta años de la puesta en marcha del refugio de rapaces de Montejo de la Vega, gestionado por WWF España desde su inicio. Fue a finales de 1974 cuando el vicepresidente de WWF, el famoso Félix Rodríguez de la Fuente, firmaba el convenio de colaboración con Montejo de la Vega.
En enero del año siguiente, el refugio inició su marcha y hoy está considerado uno de los santuarios de aves rapaces más importantes de Europa.
En este refugio es el lugar de cría para especies como el alimoche común, el águila real, el halcón peregrino, el búho real, el cernícalo vulgar y la culebrera europea. Pero sobre todo es el hogar del buitre leonado, con más de mil ejemplares en la zona.
Evidentemente, aunque aquí nos interesan las aves rapaces, en este refugio natural también se pueden encontrar numerosas especies de animales que viven bajo la protección de diversos decretos y leyes. Todo esto gracias a la gran variedad de microclimas de la zona, en la que podemos encontrar encinares sabinares, páramos, estepas, boque galería y quejigares entre otros.

Lugar de estudio y de concienciación

El refugio de rapaces de Montejo de la Vega no solo es un espacio para que los animales puedan vivir resguardados y fuera de peligro, sino que también es terreno para numerosos estudios y trabajos encaminados a la protección de diversas especies, entre las que no solo se encuentran aves.
Otra de las labores fundamentales de este refugio radica en la concienciación de las nuevas generaciones en la necesidad de respetar el entorno natural, basada en el conocimiento del medio. Para ello, todos los veranos se celebran diferentes campamentos en los que niños de diferentes edades acuden a conocer de primera mano la naturaleza y la gran variedad de especies que tenemos en nuestro país.
Desde 2005, el refugio de rapaces forma parte del Parque Natural de las Hoces del Río Riaza, y WWF colabora realizando tareas de vigilancia y seguimiento de algunas de las especies, así como labores de gestión.
Una de las principales labores que se han llevado a cabo a lo largo de estas cuatro décadas en lo que se refiere a las aves rapaces, es la del comedero permanente, que ha permitido que las aves carroñeras tengan acceso a comida de manera segura y permanente, garantizando así su supervivencia y que puedan criar.


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