El cernícalo americano, un pequeño gran cazador


El cernícalo americano es un ave extendida desde las tierras de Canadá hasta la zona sur de Argentina. Abulta aproximadamente la mitad que el cernícalo común que habita en la península ibérica, pero su pequeño tamaño no le impide ser un fantástico cazador. De hecho, es utilizado en la cetrería, mientras que el común no se considera un ave indicada para este deporte.
Es impresionante ver cómo estas aves, que en el caso de las hembras más robustas apenas alcanzan los 120 gramos de peso, son capaces de atrapar pequeños gorriones en un rápido vuelo, sujetándolos entre sus patas y desapareciendo con su presa en menos de un suspiro. Esto hace que cada vez sea un ave más solicitada por los expertos en cetrería, que han visto en este pequeño y hermoso pájaro una alternativa a otras aves de mayor tamaño y que necesitan un mayor espacio.
Su pequeño tamaño los ha hecho merecedores del nombre de Falco Sparverius, que significa literalmente halcón-gorrión. También se le conoce con los nombres comunes de halconcito colorado y cuyaya.

Un macho muy colorido y atractivo visualmente

Tal como sucede con tantas aves, los machos se distinguen de las hembras por su mayor colorido, un tono gris azulado que cubre sus cabezas y la punta de sus alas desde que salen del cascarón, haciendo factible su diferenciación desde polluelos. Los machos son también visiblemente más pequeños que sus hembras.
En libertad, los cernícalos americanos se alimentan de pequeños roedores y reptiles, pero también de insectos. La caza de otras aves es menos habitual cuándo no se les ha enseñado a ello y entrenado para cazarlas. Se conocen hasta diecisiete especies de esta ave, diferentes y debidamente registradas.

Sus costumbres

Este pájaro tiende a ser sedentario, aunque como vive en zonas de climas muy diversos, cuándo habita en áreas demasiado frías en invierno realiza migraciones estacionales. Si encuentra una zona de clima cálido y con caza abundante no dudará en establecerse permanentemente.
Le gusta anidar en huecos de los árboles y los cactus, pero no hacen ascos a otros sitios que les puedan parecer apropiados, incluidas las construcciones hechas por el hombre. Cuando se aparean, la hembra pone entre cuatro y seis huevos y la incubación dura aproximadamente tres semanas. Los polluelos son totalmente dependientes de los padres durante las tres primeras semanas de vida, pero transcurrido este tiempo comienzan a aprender a volar y se van volviendo cada vez más independientes.


Nuevo comentario