Las mayores rapaces del mundo


Majestuosas y letales, elegantes y despiadadas, las aves de presa nos fascinan por su combinación inesperada de cualidades. Son como aristócratas de la vieja escuela. Y si son grandes, todavía impresionan más. Hoy vamos a reunir aquí las aves rapaces más grandes de nuestro planeta. Desplegad vuestras alas, que nos vamos a planear por el planeta.

Aunque sea un carroñero (y ciconiforme en sentido estricto), no por ello hay que quererlo menos, cada uno es como es. El cóndor andino (Vultur gryphus) es, además de un capaz planeador de visión penetrantísima, uno de las aves voladoras más grandes del mundo (se discute la envergadura con el albatros); un ejemplar macho adulto fácilmente llega a los quince kilos, tres metros de envergadura y a levantar casi metro y medio del suelo.

El águila monera filipina o Pithecophaga jefferyi es otro grandullón entre las rapaces. Sobre todo ellas, que son un 15% mayores que los machos, y calzan un metro de alto y siete kilos de peso. Es una especie muy amenazada, pues sólo quedan unos 300 ejemplares. El águila harpía americana no le va muy a la zaga. Ambas tienen poca envergadura por vivir en zonas boscosas, pero el peso y el tamaño las hacen destacar. La arpía tiene unas garras impresionantes.

Lo pequeño es elegante, pero lo grande impresiona más...

Luego entramos en un pelotón en el que las diferencias no son muy grandes entre todo un grupo de accipítridos de gran talla que se reparten el mundo que se desparrama bajo sus alas como grandes señores feudales. Si en América triunfa la harpía, en Europa predomina el águila real o imperial, en África el águila de Verroux, mientras Asia es del pigargo gigante y Siberia del águila de Kirguistán.

Por mencionar algún miembro de alguna familia rara, tenemos que volvernos hacia el secretario o Sagittarius serpentarius, único miembro de su familia y género (sagitáridos). Esta rapaz africana de más de un metro de alzada y curioso plumaje es semiterrestre, y, para mayor rareza, caza en tierra. Está especializada en hábitats de sabana y en presas como reptiles y grandes insectos, a los que golpea sin piedad hasta acabar con su vida.

Entre los estrigiformes (rapaces nocturnas, búhos y lechuzas), destaca por encima de todos el búho real, por su porte, su gran alzada y su respetable envergadura. Y claro, por su poderío como cazador. Pero hay otro aún mayor, al parecer el Bubo blakistoni de Manchuria. En el Holoceno también habría existido una lechuza, Tyto riveroi, casi de tamaño humano.

Y entonces, si entramos en la categoría "extintos", la escala cambia. El águila de Haast es el águila más grande que ha existido, originaria de Nueva Zelanda y que llegaba a los tres metros de envergadura. Dejó de existir hace 500 millones de años. Pero ha habido rapaces incluso mayores en la historia natural terrestre, aquellos de la familia de los teratornítidos, especialmente la Argentinavis magnificens. 7 metros de envergadura, 80 kilos de peso. Aquello sí que era un pájaro.


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