Águila calzada, una veraneante en la península


El águila calzada, o aguililla calzada, es un ave rapaz que pasa el invierno en tierras africanas y de oriente medio, subiendo más al norte cuándo llega el verano. Entre los países que visita, se encuentra España, en donde se asienta en campiñas y bosques bajos.
Es el águila más pequeña que podemos ver en la península. Los machos raramente superan los 700 gr. de peso mientras que las hembras, de mayor tamaño, pueden llegar al kilo. Miden entre 40 y 55 cm de largo y su envergadura oscila entre los 110 y los 135 cm.
Existen dos variedades de esta ave, una que presenta un plumaje claro y otra con las plumas en colores más oscuros. Se puede confundir fácilmente con el busardo ratonero aunque sus costumbres y hábitats son diferentes, lo que ayuda a determinar ante qué ave rapaz nos encontramos.


El origen de su nombre
Debe su nombre a las calzas que presenta sobre sus enormes y fuertes garras. Disfruta volando y se pasa en el aire la mayor parte del día, sobre todo cuando sopla algo de viento que le permite planear a gran altura. Su vuelo es similar al del milano, ligeramente oscilante y es una gran cazadora.
Sus presas favoritas son los conejos, por lo que también se le conoce como águila conejera, pero también se alimenta de otros roedores, mamíferos pequeños e incluso otras aves de pequeño tamaño.
Se reproducen en España
Llegan a la península con la primavera y esa es precisamente su época de reproducción. A finales de abril o principios de mayo suelen poner los huevos, normalmente dos por pareja. Escogen para criar a su prole los árboles, realizando nidos y en ocasiones el macho incuba durante un tiempo para que la hembra pueda abandonar su trabajo.
Los polluelos tardan algo más de un mes en salir del cascarón y casi dos más en aprender a volar por su cuenta. No es fácil su cría y es raro que si se ponen dos huevos, los dos pollos salgan adelante.
En el mes de octubre emprende su vuelo cara a las tierras africanas, buscando el calor que aquí ya no les acompaña y para ello atraviesan el Estrecho de Gibraltar. Al año siguiente, volverán a ocupar el mismo nido, siendo muy territoriales y expulsando de su territorio a cualquier otra ave rapaz que haya osado instalarse en su amplia zona de caza.


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