Rapaces en las ciudades


Es evidente que las grandes ciudades no son el entorno ideal para encontrarse con aves rapaces, cuyo hábitat suelen ser los bosques o los acantilados. Sin embargo, estos pájaros no han tenido en muchos casos más remedio que adaptarse a la vida urbana, al ver como los espacios en los que habían vivido desde hacía muchos siglos se han visto cubiertos de asfalto y de altos edificios. Un nuevo bosque, con unas características muy especiales, a las que algunas aves rapaces han tratado de habituarse.


Un ejemplo lo tenemos en los búhos y lechuzas. Se han asociado desde siempre a las casas abandonadas, incluso a los desvanes con poco tránsito de algunas casas en las que continúan viviendo familias. Algunas personas incluso favorecen esto preparando el tejado de su casa para que puedan entrar estas aves que son para muchos un sinónimo de sabiduría y de buena suerte.
Es cierto que donde haya búhos o lechuzas no suele haber roedores, ya que limpian completamente el espacio de ellos y su ulular es incluso agradable para muchos, a los que no les molesta escucharlo durante la noche. En otros casos, por desgracia, estos pájaros son cazados precisamente por sus hábitos nocturnos, llegando incluso a destruir sus nidos en plena época de cría.
Adaptarse o morir
Dentro de la familia de los búhos también destacan los autillos, que suelen habitar en los parques en los que hay una zona arbolada. Durante el día permanecen ocultos, y aprovechando las sombras nocturnas salen a cazar.
Los halcones peregrinos también se han adaptado a la vida en algunas ciudades aprovechando las cornisas más altas para poner sus nidos. Su presa favorita son las palomas, motivo por el que incluso se han utilizado estas aves para controlar las grandes poblaciones de estos pájaros que pueden llegar a ser molestas en una ciudad.
En diferentes ciudades de América, como Buenos Aires, se ha observado como algunas especies de águilas también se han adaptado a la vida en la ciudad, atraídas por el gran número de palomas que ahí habitan. Como ocurre con los halcones en España, suelen ser bien recibidas ya que ayudan a controlar lo que puede llegar a ser una gran plaga que afecta incluso a la integridad de las fachadas de los edificios históricos.
Incluso algunas aves han llegado a variar su dieta, ya que tradicionalmente se alimentaban de roedores, pero dada la abundancia de la nueva presa en el entorno de la ciudad, han modificado sus costumbres atraídos por la comida fácil.


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