Las aves rapaces son ya utilizadas en diferentes ciudades del mundo para controlar la población de palomas. Las palomas pueden ser un auténtico problema en el entorno urbano, ya que no solo son causantes de diferentes epidemias sino que además sus heces manchan de manera corrosiva monumentos y fachadas
Pero ahora, parece que se ha dado un paso adelante en el uso de aves rapaces, o deberíamos decir de imitaciones de las mismas. Las aves rapaces son los mejores espantapájaros de la naturaleza. Por donde vuelan, los pájaros las detectan y huyen porque saben que pueden convertirse fácilmente en presas.
Lo sabe bien la gente del campo, que han comprobado a lo largo de los siglos como estas aves pueden espantar a los pájaros que se comen las semillas de sus sembrados. Estos, al detectar que un depredador ha tomado posesión de un territorio concreto, se desplazan buscando otros lugares en los que surtirse de alimentos.

Aves rapaces que no lo son
Ahora, una empresa gallega ha aprovechado este pánico que las aves rapaces causan en otros pájaros para crear un espantapájaros altamente efectivo y muy moderno: el dron biomimético aviarun, nombre técnico con el que se denomina a un dron que imita a halcones o águilas tanto en la manera de volar como en su apariencia física.
El dron está camuflado bajo la forma de un gran pájaro y, al volar, se tira en picado y realiza otras maniobras típicas de los depredadores de las avecillas habituales en el campo. Estas detectan que hay un ave rapaz cerca y vuelan hacia zonas más seguras.
En las primeras pruebas realizadas, más de mil horas de vuelo en campos de girasol, se ha observado que el uso de estos drones reduce entre un 80% y un 90% las pérdidas que estos pajarillos causan en los cultivos llegando en algunos casos a lograr que desaparezcan de la zona totalmente.
Otros usos de estos drones serían en las piscifactorías, donde las gaviotas son uno de los problemas principales. También podrían utilizarse en aeropuertos para evitar la presencia de pájaros, capaces de causar serios accidentes al entrar en los motores de los aviones durante las maniobras que se realizan en el mismo.
Las posibilidades son muchas y todas ellas muy interesantes, por lo que la empresa gallega que lo ha patentado ya está buscando la manera de comercializarlo en todo el mundo. Se evitaría de este modo el uso de aves reales.
En una investigación que comenzó en el 2013, los agentes de SEPRONA descubrieron que por parte de una organización de tráfico de halcones se estaban llevando a cabo robos en los nidos de las aves salvajes, destinando las crías a la reproducción en cautividad o directamente a la venta.
Aunque los robos se estaban realizando en Asturias, había colaboradores en diferentes puntos de España que les ayudaban como intermediarios en la venta y falsificando datos para conseguir los certificados CITES que permitían el comercio de estas aves.
Tras conseguir reunir pruebas, mediante análisis de sangre se demostró que parte de los halcones que esta organización poseía en diferentes criaderos y voladeros no se correspondían con lo que se había declarado en el informe para obtener el CITES.
Incluso en algunos casos, se descubrió que las crías procedían de parejas de aves que habían sido intervenidas judicialmente y que en ningún caso pueden ser destinadas al comercio.
Finalmente, se ha cerrado la operación con 49 personas investigadas y 20 aves incautadas. Se sospecha que en los últimos años podrían haber vendido unos 500 halcones obteniendo por su venta beneficios de aproximadamente un millón de euros.

Los halcones, en peligro
No es difícil darse cuenta del peligro que este tipo de actividades puede suponer para la supervivencia de los halcones. El saqueo de los nidos naturales de los halcones impide que nuevos polluelos puedan crecer en libertad, a lo que hay que unir los problemas a los que ya se están enfrentando estas aves.
La destrucción de su hábitat por parte del hombre, la contaminación, la desaparición de algunas de las especies de las que se alimentan o incluso la actitud de algunos cazadores que no dudan en disparar a estas aves a pesar de la prohibición pueden poner en riesgo la supervivencia de la especie en la península.
El comercio de halcones no está prohibido, pero deben de contar con su correspondiente certificado CITES que garantiza que esa ave no procede de nidos salvajes y que ha sido criada en cautividad según todas las leyes vigentes. Los halcones españoles son muy cotizados en Arabia debido a que soportan mejor el clima del país que los que proceden de otros países del norte.
El halcón peregrino ya se encuentra en la lista de especies de protección especial y es tarea de todos evitar que en pocos años, estos majestuosos pájaros dejen de surcar nuestros cielos.
Con demasiada frecuencia vemos como los animales, en lugar de ser vistos como seres vivos son considerados objetos símbolo de prestigio, de glamur o incluso complementos que se ponen de moda. No se mira más allá de su apariencia o de que una determinada especie "se lleve" sin pararse a pensar en las necesidades que esta pueda tener o en el daño que puede llegar a producirse a un animal.
Es lo que sucede en el caso del comercio ilegal con animales. Hemos visto como algunas especies han acabado invadiendo hábitats que no les correspondían debido a que se compran de manera ilegal e irresponsable y, una vez que han dejado de estar de moda, se abandonan a su suerte y acaban incluso con especies autóctonas que no estaban preparadas para afrontar a estos depredadores o que acaban perdiendo su identidad al cruzarse con estos nuevos habitantes de su entorno.
La codicia humana está detrás del tráfico de animales y las aves rapaces no están exentas de estos mercados ilegales, sobre todo cuando, como en el caso que nos ocupa hoy, mueven miles de dólares de manos.

Arabia Saudí y los halcones
En Arabia Saudí los halcones son la mascota de moda. Son símbolo de prestigio y por un buen ejemplar se pueden llegar a pagar cifras astronómicas. En este país hay incluso grandes clínicas veterinarias especializadas exclusivamente en el cuidado de los halcones y competiciones en las que los dueños de los mismos lucen sus aves.
Los halcones procedentes de España son especialmente valorados y por este motivo muchos criadores comenzaron a trabajar con Arabia Saudí para vender legalmente las crías de halcón. Un buen ejemplar puede alcanzar incluso los 50.000 euros, por lo que lógicamente, el negocio es muy jugoso y era solo cuestión de tiempo que comenzaran a surgir personas que no estaban dispuestas a jugar limpio, recortando así sus beneficios.
Esos traficantes de animales comenzaron a robar polluelos nacidos en libertad y por tanto protegidos por la ley, para venderlos junto a los que podían tener procedentes de sus parejas en cautividad.
Las alarmas saltaron en Seprona en Asturias al detectarse que algunas personas estaban realizando un número de ventas de crías muy superior al que podrían tener procedentes de las parejas de halcones que se poseían legalmente y que tienen como media uno o dos polluelos en cada temporada. Algo estaba ocurriendo y decidieron investigar.
Si hace quince días veíamos en nuestro último artículo como los halcones de Australia eran capaces de utilizar el fuego a su favor para cazar, propagándolo intencionadamente para obligar a salir a sus presas de las madrigueras, la noticia que nos sorprende ahora viene desde Marruecos, concretamente desde la isla de Mogador, uno de los principales puntos de anidamiento del halcón de Eleonora.
En este islote, espacio protegido, no abundan los alimentos para estos halcones que a menudo basan su alimentación en insectos que logra atrapar gracias a su agilidad en el vuelo. Pero durante la cría de sus polluelos, los halcones necesitan un mayor aporte energético para que su prole salga adelante sin problemas.
Precisamente durante la época de cría este islote se convierte en una zona de paso para muchas aves migratorias en sus viajes estacionales entre la península y África, por lo que abundan las pequeñas aves en estos cielos.

Una despensa al más puro estilo humano
Expertos de la Universidad de Rabat han observado que los halcones no se limitan a cazar a estas aves de modo ocasional, sino que las convierten en prisioneras para alimentar más tarde a sus polluelos, asegurándose así provisiones de comida para una temporada.
Para que el alimento esté fresco, nada mejor que conservarlas vivas y para eso utilizan diferentes técnicas que han dejado estupefactos a los científicos que no habían observado jamás este comportamiento en las aves rapaces.
Uno de los métodos favoritos de los halcones es introducir a estos pajarillos entre las grietas de las rocas, inmovilizándolos e impidiendo que puedan escapar hasta que necesitan alimentarse de ellos.
Pero incluso han utilizado otros métodos mucho más sofisticados, como lanzar a estas aves a un hueco profundo, tras arrancarle las aves timón sin las cuales no pueden volar. Este comportamiento nos demuestra no solo que los halcones son capaces de prever sus necesidades, también saben cómo impedir que sus presas vuelen.
Estos métodos pueden parecer muy crueles a los ojos de los humanos (que dicho sea de paso peores cosas hacemos sin la justificación de alimentarnos) pero desde el punto de vista de la supervivencia de los halcones se trata de una técnica altamente inteligente que les asegura aporte de proteínas y de vitaminas para sus polluelos y para ellos mismos, sin necesidad de cazar a diario si no hay suerte en ello.
Durante siglos, el ser humano marcaba su diferencia respecto a otros animales por su inteligencia poniendo como prueba que éramos los únicos en utilizar herramientas. Sin embargo, las investigaciones sobre el mundo animal nos llevaron a descubrir que estábamos en un grave error.
Primero fueron diversas especies de monos los que nos enseñaron su manejo de las herramientas y más tarde descubrimos que otros animales también eran capaces de emplearlas. Los que tienen más de cuarenta recordarán perfectamente el impacto de aquellas imágenes de la inolvidable serie "El Hombre y la Tierra" en las que Félix Rodríguez de la Fuente nos mostraba a un alimoche tratando de romper huevos con una piedra, que arrojaba desde el aire sobre ellos.
Hace ya más de treinta años de esas imágenes y las rapaces no han dejado de fascinarnos con sus comportamientos. El último descubrimiento proviene de las antípodas.
El comportamiento de algunas rapaces australianas
Todos conocemos los problemas que Australia tiene con el fuego. Cada vez que llega el calor son noticia los incendios que arrasan la isla y que se propagan por sus inmensas llanuras sin control.

Pues ahora se sabe, que algunos halcones podrían estar utilizando el fuego para aumentar sus posibilidades de caza.
El método, que puede parecer sencillo, es en realidad mucho más complejo de lo que parece. El halcón sujeta entre sus garras palos y algunas hierbas en llamas y los lanzan al suelo en alguna zona cercana que no está ardiendo.
El motivo es que el fuego hace que muchas de las potenciales presas de los halcones abandonen sus guaridas y corran para escapar del fuego. Así, solo tienen que situarse en el borde del incendio y cazar a los animales que escapan asustados.
Los bomberos de Australia habían observado como los halcones se situaban siempre en los bordes de los incendios para aprovechar esta circunstancia, pero su sorpresa fue mayúscula, al ver que propagaban el incendio para conseguir así más alimento.
Esta táctica implica que el halcón ha entendido perfectamente el funcionamiento del fuego, sabe cómo causarlo y también ha aprendido a transportarlo de manera segura, sin salir herido en el intento.
Las aves rapaces, al igual que otros muchos animales, acusan desde hace varias décadas los efectos de la intoxicación por plomo. El plomo, altamente contaminante, se encuentra en los espacios naturales por culpa, como no, de la intervención del hombre. Estas son las formas más comunes en las que las aves rapaces se intoxican con el plomo:

-Ingiriéndolo a través de pequeñas plomadas que van unidas a anzuelos. Al pescar algunos animales que escaparon con el anzuelo y la plomada, las aves se comen estas. También las encuentran en cadáveres de peces de los que se alimentan.
-Los perdigones de caza están también fabricados en muchos casos en plomo. Al disparar a aves o a conejos, hay ocasiones en las que el animal escapa. Posteriormente este cae presa de las aves rapaces o mueren lejos de donde les dispararon, sirviendo de alimento para las mismas. En consecuencia, las aves devoran también los pequeños perdigones, pasando a formar parte de su cuerpo.
-Incluso las aves rapaces que conviven con el hombre están en riesgo de contaminación por plomo, ya que a veces este está presente en pinturas y recubrimientos de las jaulas y perchas en las que viven. Aunque por suerte cada vez es menos habitual encontrar jaulas pintadas con pinturas de plomo, todavía se pueden encontrar y se han dado casos de contaminación de esta manera.
¿Cómo actúa el plomo en el organismo?
Las aves rapaces son especialmente sensibles a la intoxicación por plomo, ya que los ácidos de su sistema digestivo son capaces de disolverlo, haciendo de esta manera que el metal pesado pase al organismo.
Mientras que un ser humano que se comiera un perdigón posiblemente lo eliminaría rápido y prácticamente completo, aves como los patos pueden tenerlos en el interior de su sistema digestivo varios días e incluso llegar a disolverlos por completo. En el caso de las rapaces, generalmente acaban eliminándolos, pero tras estar varias horas en su organismo y haber disuelto al menos parcialmente.
Al suceder esto, la cantidad de plomo que llega a su organismo es muy elevada y por tanto, sus efectos son mucho más importantes pudiendo incluso causar la muerte del animal. Los síntomas más frecuentes por envenenamiento por plomo son alteraciones nerviosas que pueden causar incluso la ceguera del ave, problemas digestivos que incluyen diarreas, vómitos y anorexia o alteraciones renales que pueden hacer que se vea sangre en la orina.